lunes, 30 de enero de 2012

Nada que hacer

"Me quedé en casa resignado, aislado, desprotegido por cuatro paredes que ennegrecían progresivamente cada vez que levantaba la mirada de la pantalla.
Me quedé tranquilo; levantándome cada cinco minutos a la nevera, dando vueltas en un metro cuadrado y volviendo la cabeza a cada instante para toquetear el primer aparato que iba a mis manos...
No tenía dinero, no había nada que hacer"... ¿Seguro?


29 - 1 - 2012

2 comentarios:

Perséfone dijo...

No. Seguro que no.

Un saludo.

Macarronazo dijo...

Siempre hay cosas que hacer. Siempre. Parásitar es lo último, aunque sea dale al coco, o entra a mi blog, te vas a sorprender!